¡Por fin! Luego de una larga espera, volvió el fútbol nuestro de los sábados. Ese que enciende pasiones y no distingue categorías. Ese que lleva una irracionalidad propia del amor, aunque este sentimiento, definitivamente, es más fuerte. Amigos, amigas, volvió el Ascenso, y esta vez con un visitante ilustre, de esos que no se esperan pero se reciben, aunque a este paso, esta estadía se convertirá en un touch and go.
Porque River juega bien. Pasados los debates sobre si debía incorporar a Ronaldo o a –con profundo respeto- a Bazan Vera (ver editorial el lunes) Almeyda se decidió a incorporar jugadores que se adapten a un determinado sistema y no viceversa.
Como hace mucho no se veía, el conjunto millonario sabe a que juega. En defensa, se observa un equipo solidó, con buena altura para combatir el juego aéreo (puntal de muchos equipos del Nacional) y con laterales con mas ida que vuelta, algo que deberá corregir.
La siguiente línea, la del medio, definitivamente es la mas productiva. La idea por el centro es recuperar rápido la pelota (gran tarea de Aguirre en este ítem) y jugarla rápido por las bandas, con un Carlos Sánchez imparable moviéndose bien por afuera y con Lucas Ocampos, quien con algunos problemas posicionales (lógicos, es punta) lo suple con una gran técnica y dinámica.
Arriba, Domínguez se mueve por ambos costados bastante retrasado del área, jugando en un altísimo nivel. Aún se espera mas de Cavenaghi.
Si bien hasta ahora viene con puntaje ideal, advertimos: el camino no será fácil. Porque también sueña el Quilmes de Caruso, quien más allá del tropezón - y post escándalo- en Corrientes, encontró su rumbo. El cervecero cuenta con una defensa férrea (Serrano, Martinez, Agüero y Goñi) un medio que mete en todos lados y se asocia para marcar y salir en bloque, aunque con interesantes características en el criterio del balón bien jugado con inteligencia y orden y una delantera con Vázquez y Cauteruccio con mucho empuje y gol.
En este lote también se ubica Rosario Central, que gana pero no gusta. Reforzado al calibre de un buen equipo de la A (Ferrari, Talamonti, Lequi, Ricky Gomez, Castillejos) los de Pizzi no encuentran una idea de juego clara y se pierden en la intrascendencia.
Entre los que aun están en deuda y se espera más ubicamos a Defensa y Justicia y Chacarita. Los de Varela, comienzan a mostrar la mano de su DT Ricardo Rodríguez, siendo un equipo duro y práctico, con excelente manejo de los contragolpes y la pelota parada. Sin embargo por el calibre de incoporaciones (están Piriz Alvez y trajeron a Fabricio Fuentes, Carlos Bossio y Rolando Zarate) se espera mas, muchísimo mas. Atentos a Leandro Fernandez.
Por el lado de los de Rivoira, el armado del plantel parece correcto y equilibrado, siendo un equipo que se queda en sus buenas intenciones y el buen trabajo, pero que no encuentra resultados.
Párrafo aparte para Huracán, que con una grave crisis institucional, viniendo de un descenso y con todos los problemas ya conocidos, se armó como pudo y el equipo resulta a la vista débil y vulnerable. Aun así cuenta con un técnico muy capaz, en el cual confían que pueda lograr un funcionamiento adecuado.
Para cerrar la categoría, debemos mencionar el mal arranque de los ascendidos. Por el lado de Brown de Puerto Madryn y Desamparados, se los ve muy lejos del nivel que exige la categoría, mientras Atlanta sigue teniendo la misma idea pero no el mismo funcionamiento. Buena reaparición en alto nivel de Eric Aparicio.
En la B Metropolitana, la -gran- sorpresa es su puntero Brown de Adrogue. Los de Vico son una maquinita de meter goles (14 goles en 4 partidos) sostenido por un gran funcionamiento colectivo. de todo el equipo y de su goleador Villamayor (si, Oscar)
Detrás de los del Sur se viene un Platense renovado. Luego de varios desaciertos dirigenciales en la elección de técnicos, fueron a buscar el trabajo y la efectividad de Fabián Nardozza, quien venia de muy buenas temporadas en Acassuso. Los dirigentes, inteligentes, le dejaron armar el plantel a gusto y placer. Así, llego Bernacchia para reforzar el arco y varios pollos del DT, como Manchini, Abalos y la gran revelación - y eje del equipo- Carneiro. Es interesante el orden ofensivo y el desorden ofensivo, con la vuelta del Payaso Molina como referencia de área y el gran nivel de Olivares.
También Colegiales anda metido en este grupo. Esta temporada, Atilio Svampa ha sabido armar un equipo basado en la solidez defensiva (parte desde el arco, en la solvencia de Horacio Ramírez) un mediocampo criterioso (Zeballos y Roldan como ejes de juego) y una delantera a puro gol con Vildozo y Ceresetto.
Unos escalones mas abajo se encuentran Estudiantes y Chicago, que mantuvieron la base e incorporaron solo en la justa medida, así también Sarmiento de Junín.
Los que si se armaron para pelear y aun están el veraz son los vecinos Celeste y Milrayitas. Empecemos por los de Duro, que luego de una pésima campaña la temporada anterior se decidieron a incorporar jugadores de jerarquía. Así llegaron Macalick, Patricio González, Leandro De Muner, Marclay, J.P. Rial y Mariano Campodonico, entre los más destacados. Sin embargo, el rendimiento colectivo es bajísimo y el equipo carece de ideas y fútbol. Tiene los instrumentos, falta que se genere la música.
Mientras Los Andes, que también entrenan DT, se armo con todo (¡¡y todos!!) ya que incorporó a 14 jugadores. Entre los mas destacados se encuentran el arquero Scapparoni (ex Boca) German Noce, Pablo Nieva, Rogelio Martinez, Leonardo Romero, Emmanuel Frances, Gustavo Pinto, Damián Luna y Maxi Castano. Nada mal. Sin embargo, por lo general el traer mucho casi nunca es productivo, por lo que será un lindo desafió para la dupla romper con este estigma.
Otro de los de regular campaña es Defensores de Belgrano. Con incorporaciones rutilantes (Ortega y Casas) y otras que darán que hablar (Ludueña y Noriega) el equipo no logra un funcionamiento ni cercano al que lo llevo a jugar la promo contra Independiente de Mendoza. Algunos chispazos aislados del Burrito son las únicas armas con las que cuenta este dragón por ahora, esta en deuda.
Por ultimo, hay que hablar de los de abajo, y en este rubro, gana - por afano- Comunicaciones. El Cartero de Pizzo, que se reforzó con algunos de renombre (Yaque, Vaccaria, Meloño) es un equipo flojísimo, endeble y previsible en todas sus líneas. Si no levanta pronto, sufrirá mucho esta temporada.
Como destacado, lamentablemente tenemos que remarcar la ida de Reinoso de San Telmo. Suena increíble que lo hayan dejado hacer la pretemporada y elegir sus refuerzos para luego soltarle la mano a las 4 fechas. Así de insólito es nuestro fútbol argentino.
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