sábado, 4 de junio de 2011

Editorial del Mes.Bienvenida seas, Copa Argentina

¡Por fin! Luego de tanto tiempo, de tantas luchas contra la democratización del futbol, este último mes la AFA ha decidido crear la Copa Argentina, en las cuales participaran equipos de casi todas las divisiones. Para gestar un análisis sobre los pro y los contra de estas medidas, hace falta revisar categoría por categoría. Pasen y vean...

Por orden jerárquico, primero debemos mencionar a los de la elite. En principio, entrarían los últimos cuatro peores ubicados en la tabla de posiciones -luego se sumará el resto- por lo que seguramente por su posición, utilicen para la nueva competición jugadores suplentes o de reserva.

Esta modalidad permitirá a estos jugadores, hasta el momento relegados, poder mostrarse públicamente en una competencia de nivel. Durante la misma, podrán ir adquiriendo otro roce y experiencia, y meter presión -en el buen sentido- a los que disputan el torneo local.
Por ende, todo el plantel estará en ritmo de competencia, lo que aumentará el rendimiento de todos los jugadores y, consecuentemente, del equipo. Muy probablemente, jugadas un par de fechas de la Copa, esos cuatro últimos suban unas cuantas posiciones.

Por el lado de la B Nacional, nosotros creemos que de ahí saldrán la gran mayoría de equipos en instancias decisivas. Con planteles que hasta algunos equipos de Primera envidiarían, son los equipos más preparados tanto futbolística como estructuralmente para dar pelea a los de arriba que los de las otras divisiones.

La Primera B es un caso intermedio. Si bien es una categoría ya a esta altura súper profesionalizada, la diferencia de nivel con categorías superiores (que quizás no existe entre la BN y el Argentino A con la Primera División) es bastante grande. Como beneficio tendrá poder mostrar a sus jugadores a otro nivel, y el hecho de no tener que viajar en la primera etapa (es regional) puede llegar a favorecer a los equipos.

Lo que puede jugarle en contra es que la mayoría de los planteles son acotados, y en caso de instancias decisivas, deberán optar por un torneo u otro. La categoría presenta una sola plaza de ascenso directo y es difícil que se resignen rápido a dejar escapar a sus superiores y perder la gran chance de pelear por subir de categoría. Deberán optar y ahí está el gran dilema.

En el caso de los Torneos Argentino A y B, así como la Primera C, será una excelente oportunidad para mostrar a sus jugadores. Si bien la diferencia entre los del interior y la categoría metropolitana es abismal, ninguna de las tres categorías es televisada, por lo que en principio aumentaría el ingreso publicitario -ahora con posibilidad de ser masivo- y la vidriera. Estos equipos son lo más beneficiados con este nuevo torneo.

En cuanto a lo mencionado anteriormente sobre la posibilidad de elegir un torneo u otro, tendremos que volver a zanjar diferencias. Los torneos del interior por lo general cuentan con un presupuesto apoyado por los municipios, por lo que los planteles son más grandes y competitivos. Mientras los de la C son bastante más cortos, llegando a la conclusión que los primeros pueden llegar a jugarse la chance de la doble corona, mientras los segundos no tendrán esa posibilidad, pero como factor de crecimiento, probablemente se la jueguen por la Copa y algún lugarcito en el reducido.

Pero sin dudas, lo mejor de esta Copa para todos es el premio mayor: El ingreso a la Copa Sudamericana. ¿Se imaginan a Villa Dalmine, por dar un ejemplo, jugando una instancia decisiva con el Santos de Brasil? ¿Y a Cambaceres jugando en el Estadio Azteca? Ahora, ya este sueño no es utópico, es real. Entonces podemos decir, bienvenida seas, Copa Argentina...

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