Para comenzar esta nota, vamos a separar la barra-brava de la gente, ya que ambos tienen para si objetivos diferentes.
La gente va a la cancha a ver a su equipo ganar, gustar y golear, sin más interés que ese. Es feliz si gana y triste, casi depresivo, si pierde. La barra-brava, en cambio, va a la cancha a hacer su negocio y controlar que este funcione al a perfección.
Mientras tanto, los primeros actúan bajo una total falta de razón, guiada por la misma pasión, mientras los segundos son totalmente racionales, demagogos y funcionales a diversos intereses.
Cuantas veces escuchamos a los que miran los partidos de espaldas (y luego realizan profundas criticas como lo haría el mismísimo Panzeri) cantar el ´´aunque ganes o pierdas no me importa…´´ Dejenos decirles la verdad, si les importa, y MUCHO.
Citaremos para esto el ejemplo de Boca. Hace algunos meses ya, la magra cosecha de puntos del Xeneixe genero una ``visita´´ de los barras, donde les pedían a sus jugadores que ganen porque ``ellos trabajan como una PyME´´ y que como el equipo iba mal, la gente no iba y ellos perdían plata.
O cuantas veces escuchamos el ``váyanse no roben mas´´. Justo de ellos, que previo al Mundial de Sudáfrica apretaron a los jugadores de casi todos los equipos para sacarles dinero y poder viajar. Y en Tigre, por ejemplo, a quien se negó, lo amenazaron de muerte y el jugador tuvo que dejar el club. Ustedes mátense en la cancha… Que sino los matamos nosotros parece ser.
Es increíble como bajo el nombre del amor y la pasión esconde sus turbios negocios en connivencia con los dirigentes. ¿O acaso creen que Hugo Barrientos –junto a su familia- sufrió amenazas de muerte por ``romperá a un jugador que ayudaría a Racing a pelear el titulo? Nada de eso. Lo culpan de haberles arruinado el negociado.
¿Cómo es eso? Con un intenso trabajo de los medios, el nombre de Moreno –gran jugador por cierto- había sido subido a ese pedestal de crack, con el que diarios, intermediarios y dirigentes metidos en su compra/venta se sentían muy a gusto. Fuera de las canchas, su exposición y cotización bajaron por igual. Ustedes hagan las conclusiones…
Si nos venimos a nuestro campo, el Ascenso, el ejemplo de Bazan Vera, quien es hincha de Almirante y le dió dos ascensos a la B Nacional , pero al no transar con la barra, hoy es cuestionado y hasta dicen que va para atrás. También esta el caso contrario, jugadores que financian barras en cambio de apoyo. Créanlo, esta la lista es extensa.
¿Qué papel juega el resto del público? La masa, según Le Bon, actúa por contagio. Terminado el partido, el pensamiento del individuo seguramente sea diferente, tal vez racional, pero adentro del estadio, el efecto contagio que produce la barra hace que todo su negocio marche sobre ruedas.
La barra brava es una gripe que se fue propagando por los clubes con el paso de los años y adquiriendo mas y mas poder, hasta llegar al día de hoy, donde hasta tienen pases de juveniles o deciden la contratación o no de un DT según sus preferencias como si supieran algo (para luego cantar el hit ``Que se vayan todos´´ y venga otro, total, el club paga el sueldo)
Así, estos nefastos personajes, tan involucrados en la política del deporte, siguen destruyendo lo poco que queda de este fútbol, nuestro fútbol, de ese que los seguidores del ascenso gracias a ellos esperamos cada 15 días, solo para verlo ganar, gustar y golear, sin ningún interés secundario.
Alejandro Romero
Muy buena la editorial; casi en todos los equipos del cono sur los jugadores o dirigentes les pasan plata a los hinchas. En Chile; colo colo y la U de Chile reconocen financiar viajes. También en otros clubes chicos los jugadores les pasan dinero para que compren cerveza y alcohol. Muy buena, la asociación con la teoría de Le Bon que la masa actúa por contagio, imitación y sugestión.
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