Cuando uno comienza desde muy muy abajo, existen únicamente dos caminos posibles, o dos tipos de personas para mencionarlo así. Los que reman hasta que se quedan sin fuerza en el camino, o los que en vez de quedarse reman el doble, pelean a sangre, sudor y lágrimas hasta ese anhelado objetivo.
Como justamente esta sección no es para los débiles, indecisos o frágiles, nosotros siempre apuntamos a este segundo grupo.
En el día de hoy, más que una historia futbolera, vamos a contarle una historia de vida y de lucha, casi un sinónimo de Cristian Chávez.
El Pochi nació en un barrio carenciado de Pilar, casi marginal, en un mundo gris pero con la esperanza siempre a flor de piel de que todo va a estar mejor. Su padre vino de Santiago del Estero, donde jugaba descalzo en el monte, también así su hijo pero en los potreros por plata. Pero aquí hemos de hacer un punto en sus padres, factor clave para que Chávez llegue donde llego.
Para el, sus papas lo son todo. Hace un tiempo contó a una entrevista en Clarín: ``Siempre se jugaron por mí. Por eso todo lo que gano, es para ellos. Porque cuando yo no tenía plata para entrenarme ni para las zapatillas, mi papá y mi mamá sacaban dinero de dónde no había. Hace algunos inviernos, por ejemplo, tuvieron que vender una salamandra que habíamos comprado para no pasar frío. Y todo para que yo pudiera tomarme el colectivo para ir al entrenamiento´´. Más claro…
Pero vamos a lo nuestro, al fútbol. Luego de una prueba en Defensores de Belgrano en la que todavía esta esperando el llamado (a cuantos cracks les ha pasado así…) llegó a Atlas, el último de los últimos como dice su spot publicitario, para debutar con solo 15 años en la Primera del club antes de su desafiliación.
Ese mismo año, con su mama como representante, fue a una prueba en Boca, donde quedo seleccionado en las inferiores y llegado el 2005 debuto en la Primera del Xeneixe con tan solo 19 años.
Pasaron los años y el Pochi se iba haciendo cada vez mas importante en los planteles de Boca, mas allá de quien tenga adelante, hasta que el día de hoy es casi uno de las fijas y sino, el primer cambio en el equipo de Falcioni.
Pero el pibe, más allá de todo, de la fama, la plata, el reconocimiento, jamás cambio. Es mas, sigue tomando el tren y el colectivo para llegar a entrenar y algunas navidades atrás, trabajo de botellero. También de albañil. Hoy trabaja de jugador de selección y como uno de los más prometedores jugadores del club de la Ribera. Todo con la misma humildad y talento de siempre. Un gran talento en Primera, salido del Ascenso…
Alejandro Romero
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