viernes, 18 de febrero de 2011

´´Le estoy muy agradecido a este deporte que me dió la posibilidad de vivir haciendo lo que me gusta´´



Nuestro personaje de hoy definivitamente lleva una carrera bastante particular, ya que a través de los años la pelota lo ha llevado de viaje por todos lados. Desde Chile a Marruecos, con una cantidad interesante de países en el medio.

Eso es lo que tiene el fútbol que lo diferencia de cualquier profesión. La pelota te puede dar la posibilidad de viajar, conocer nuevos lugares, de crecer en todo sentido. Todo eso lo vivió Cristian Jeandet.

Comenzó su carrera en Estudiantes de Concordia, pasó a Newell's sin debutar en Primera y llego al Torneo Argentino A, su gran despegue, donde defendió (y como) las camisetas de Ferrocarril de Concordia y Patronato.

A fuerza de goles, Jeandet se iba haciendo un lugarcito en el mundo del fútbol y llegó por primera vez a un equipo de Buenos Aires como jugador del Club Atlético Lanús, aunque sin demasiada suerte.

El año siguiente, cambió los micros por aviones y se fué a jugar nada mas y nada menos que al fútbol europeo. Anduvo por Italia, Yugoslavia y Suiza hasta que en el año 2000 volvió a nuestro Continente para jugar en Palestino de Chile.

Un par de años después, nuestro país volvió a abrirle las puertas para jugar primero en Central Córdoba y luego en Instituto, aunque volvió a partir pero esta vez a Bolivia para jugar en Blooming primero y en el Sport Boys peruano después.

Pero la patria tira. Y la B Nacional también, por eso regreso un ratito a su provincia para jugar en Gimnasia y Esgrima de Concepción. Y aunque el equipo no pudo evitar el descenso, fue uno de los mejores jugadores de la temporada  lo que le dio la chance de retornar al Sport Boys.

A su vuelta, una nueva categoría lo esperaba. La B Metropolitana, siempre tan complicada, era el nuevo destino del goleador. Sarmiento de Junín, un equipo de ciudad siempre bien reforzado en cada temporada, contrató al goleador con el único objetivo de lograr el ascenso a la B Nacional.

Aunque no se consiguió, fue tan buena su performance que al año, todos se peleaban por los servicios del goledor, aunque Estudiantes de Caseros fue finalmente el que le puso un nuevo rumbo a su carrera. Lamentablemente para ellos, a los seis meses Jeandet partió, aunque esta vez a un lugar al menos desconocido: El fútbol marroquí.

Sin embargo, al año siguiente se lo pudo ver por televisión disputando la Copa Libertadores de América, el torneo más prestigioso a nivel clubes de Sudamérica, para el Mineros de Venezuela.

Tras su paso internacional, sorpresivamente, al final de esa temporada firmó su vínculo con Villa Dálmine, un club con pretensiones de ascenso en la Primera C hasta que en el 2010, tras un paso por Almagro, firmó en Deportivo Laferrere donde aún continua rompiendo redes como en sus primeros tiempos.

Hoy, en una charla con El Ascensor, el nacido en Concordia nos repasa su carrera, sus pasos por el exterior y las experiencias que cada paso y el fútbol le dejo para la vida. Imperdible...

¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol?


- Mis inicios en el fútbol fueron en Estudiantes de Concordia, ciudad donde nací. Jugué en el año 1988 en Infantiles y convertí 63 goles en 28 partidos. Al año siguiente nuevamente en la misma categoría convertí 68 goles en 34 partidos, y ahí sale la posibilidad de incorporarme a Newell's, donde hice todas mis inferiores hasta reserva, sin llegar a debutar en Primera. Estando en N.O.B. sale la posibildad de jugar el Argentino A para Ferrocarril de Concordia; y estuve 6 meses a préstamo. Los 6 meses restantes juego en el mismo torneo, pero para Patronato de Paraná.


¿Cómo viviste el cambio de un equipo de ciudad como Patronato a uno de Capital y de Primera División como Lanus? ¿Qué diferencias encontraste y como fue la adaptación?

- El cambio es tremendo. Por suerte cuando llego a prueba a Lanus, me encuentro con un grupo y un plantel excelente, de jugadores importantes, que me ayudaron y me hicieron las cosas muy fáciles. La adaptación fue rápida, y, mas allá de que no tuve muchas posibilidades de jugar, porque había jugadores como Enria, el Chupa López, Ibagaza y Hugo Morales, estoy muy agradecido de haber podido estar en ese plantel y haber obtenido el sub-campeonato de la Copa Conmebol. Para mi era un logro extra, porque 6 meses atrás estaba jugando el Torneo Argentino A.

¿Cómo fue tu paso por el fútbol europeo? ¿Qué te dejó en lo deportivo y personal?

- Luego del paso por Lanús, se me dio la posibilidad de llegar a Fidelis Andria, un equipo del Sur de Italia que jugaba la serie B. Al principio me resultó todo muy complicado, el idioma, las costumbres, los entrenamientos y el estar lejos de mi familia, se me hizo muy difícil. Mas allá que tuve la chance de jugar, creo que no era el momento de hacer ese cambio, porque no estaba preparado, pero el haber ocupado cupo de extranjero (en la serie B es solo 1) porque yo no tengo pasaporte comunitario, me sirvió muchísimo y me abrió otras posibilidades en Europa. En lo deportivo me ayudo muchísimo a madurar y cambiar bruscamente el nivel de entrenamiento, y en lo personal, siendo muy chico, me hizo vivir cosas que no se olvidan nunca más.

Volviste a Sudamérica y en diferentes pasos, estuviste en Chile, Bolivia y Perú, ¿Cómo fue cada uno de esos pasos y que diferencias encontraste con el fútbol argentino? En sentido deportivo, institucional…

- El fútbol me dio la posibilidad de conocer distintos países, costumbres y niveles de entrenamientos. Tuve la fortuna de jugar en Europa (Italia, Yugoslavia, Suiza) en Sudamérica (Perú, Chile, Bolivia y Venezuela) y en África (Marruecos), y todos me enseñaron algo y me dejaron algo en mi vida. Estuve en países muy bien organizados a nivel deportivo e institucional, y en otros no tanto, pero lo bueno de todo es que me sirvieron como futbolista y más que nada como persona. Pero como el fútbol argentino no hay. Acá se vive de otra forma, y se respira fútbol todo el día, y eso no se compara con nada. Realmente es una pasión. Pero en todos los países que estuve, me trataron muy bien y mas allá de que se extraña, no tengo nada de que quejarme.

¿Cómo viviste la experiencia de la Copa Libertadores? Porqué luego de eso la vuelta a Dálmine?

 - Jugar la Copa Libertadores era mi sueño, era lo que anhelaba de chico, y por suerte lo pude cumplir. Lo viví con muchas ganas y euforia, jugando para Mineros de Guayana, me toca enfrentar a Arsenal, venir a jugar a mi país, a ese nivel, era algo muy importante para mí. Cuando regreso de Venezuela surge la posibilidad de jugar en Dalmine, y la verdad el cambio fue muy brusco, era la C, una categoría que no había jugado nunca, que parece fácil, pero es todo lo contrario. Al principio me costo, pero estaba en mi país, con compañeros excelentes, dirigentes que me cumplieron en todo, eso me hizo trabajar con alegría y tener un campeonato bueno, que llegamos a pelear por el ascenso, y quedamos a un pasito de lograrlo.

Acá en nuestro país jugaste en la B Nacional, B Metropolitana y la C. ¿Qué diferencias encontrás en cada una de las categorías?

- Acá en nuestro país, tuve la suerte de jugar en Primera A, Nacional B, Metropolitana, Primera C, y el Torneo Argentino A. Todas son muy distintas, desde los lugares de entrenamientos, concentración, y nivel de rivales a los cuales enfrentás, pero en lo que si hay diferencias, es en que mas bajás de categoría, mas duro es el torneo, tenés menos espacios, la marca es mas aguerrida, el nivel arbitral es mas bajo, las canchas son mas feas y luchas con cosas extra futbolísticas que te hacen todo mas difícil.

¿Cómo fue tu paso por un fútbol nuevo como el marroquí y en cuanto crees que influyó la temporada en Sarmiento de Junín?

 - Cuando llego al Widad de Casablanca, era todo nuevo para mi, pero por suerte viaje con Claudio Ortiz, que ya habíamos sido compañeros en Sarmiento, y eso ayudó muchísimo. Me sorprendí al ver un fútbol muy técnico, rápido y fuerte, muy parecido al nuestro. La diferencia esta en que son muy desordenados, pero allá se vive el fútbol como acá, es una pasión. Volví a ver los potreros y los partiditos en la playa, desde la mañana temprano, muy parecido a la Argentina. Ahí tuve la posibilidad de jugar la Copa de Campeones de África, enfrentar a Mauritania, Malí, y viajar y conocer muchos países de ese Continente.

¿Qué fue lo mejor y lo peor que te dejo el fútbol?

- Todo lo que me dejó el fútbol, ha sido muy positivo en mi vida. Con alegrías y tristezas, desde los primeros partidos que jugué en mi ciudad, hasta hoy que me encuentro en Laferrere.  Me ayudó a madurar en todo sentido, a tomar decisiones a veces no muy acertadas, a conocer países, costumbres y personas, de todo tipo, religión, color , idiomas, así que estoy muy agradecido a este deporte que me dio la posibilidad de vivir haciendo lo que más me gusta

¿Qué le dirías a un chico que recién comienza?

- Quizás no soy el mas apropiado en dar consejos, porque he cometido muchos errores en mi vida, pero lo que le puedo decir es que es muy lindo se futbolista, poder vivir de esto, pero lo importante es crecer como persona. No es todo fácil en la vida de un futbolista, así como vivís cosas muy lindas e inolvidables, también se viven cosas muy duras, el estar mucho tiempo lejos de tus seres queridos, las lesiones, las injusticias, pero si uno se decide a ser futbolista, hay que jugársela siempre, creer en uno, tratar de progresar día a día, y vivir cada entrenamiento como si fuera el último. Escuchar y aceptar consejos, y nunca perder la humildad, porque el fútbol es como una rueda, hoy estas allá arriba, pero en cualquier momento estas abajo, y los golpes son duros, así que hay que estar preparado para todo.


Alejandro Romero

No hay comentarios:

Publicar un comentario