Le dicen el Matador. Pero este, no nació en Barracas. Nuestro Matador es cordobés, de Bell Ville. Su historia deportiva comienza en el club de esa misma ciudad, defendiendo los colores de Talleres. Si, arranco en Talleres, paradójicamente el antónimo del club que lo hizo quien es: Instituto de Córdoba. A este llego
Llego a la Gloria con solo 18 años. Este año seria el primero y ultimo con esta camiseta. Arranco con el pie derecho, ya que ese mismo año gano el campeonato cordobés y tuvo la chance de participar del Torneo Nacional, así como su fama de rompe redes comenzaba a vislumbrar a propios y extraños. El reconocimiento llegó con la convocatoria para la Selección Juvenil y luego para la mayor.
Me dicen el Matador me están buscando. Y claro, semejante talento, siempre esta en la mira. Y fue Rosario Central quien le puso el ojo y puso la plata. En su estadía en el conjunto rosarino, se canso de hacer goles y canalladas. Tantos goles hizo en el club que, hasta hoy, nadie hizo mas que el. Nadie.
Su gran rendimiento en La Academia le permitió llegar a Alemania 74 aunque su participación fue irregular. Sin embargo, no lo debilito y como dicen, lo que no mata, fortalece. Y el tipo siguió metiéndola como siempre. Tanto que ahora los interesados cruzaban el Atlántico para tenerlo en sus filas. Dijo adiós en 1976, cuando fue transferido al Valencia.
Rápidamente se convirtió casi en un prócer del conjunto español. En sus primeras dos temporadas, fue pichichi de la liga. En un principio, tenían algunas dudas de ese flaquito de piernas largas y pelo largo. Su debut, contra el CSKA de Moscú fue pésimo. Sus partidos venideros, también. Tanto que llego a ser abucheado por la parcialidad valenciana. Nadie, absolutamente nadie, hubiese pensado que el flaquito de piernas largas iba a convertirse en uno de los máximos ídolos de su historia.
A todo esto, llego el Mundial 78. Nuestro mundial, en el que se recibió de goleador, figura y héroe nacional. ¿Como no lo iba a ser después de lo que hizo en la final con Holanda? De aquella gambeta vertical, sangre combativa, gol. Lo alcanzan, lo atrapan, decían. Todavía lo están buscando.
Esos guerreros de camiseta naranja buscando la caprichosa, escondida entre sus pies entre dos titanes que custodiaban el arco. Engancha una vez. Engancha otra. La acaricia pero el arquero la toca con el pelito de la rodilla, pero, será el destino tal vez que esta vez nos la jugo a favor. Le quedo ahí, picando, entre dos camisetas, que en realidad, eran millones. Pero el tipo puso el botín. Como lo pusieron todos los que, desde su lugar, en la cancha, en la tele, por la radio, estaban ahí. Como hiciste para meterla ahí, lo sabes vos solo. Pero en fin. Gol y Campeones del Mundo, de los pies de nuestro Matador.
Esos guerreros de camiseta naranja buscando la caprichosa, escondida entre sus pies entre dos titanes que custodiaban el arco. Engancha una vez. Engancha otra. La acaricia pero el arquero la toca con el pelito de la rodilla, pero, será el destino tal vez que esta vez nos la jugo a favor. Le quedo ahí, picando, entre dos camisetas, que en realidad, eran millones. Pero el tipo puso el botín. Como lo pusieron todos los que, desde su lugar, en la cancha, en la tele, por la radio, estaban ahí. Como hiciste para meterla ahí, lo sabes vos solo. Pero en fin. Gol y Campeones del Mundo, de los pies de nuestro Matador.
Volvió a España con el titulo bajo el brazo, pero con el hambre de siempre. En los siguientes tres años, gano la Copa del Rey, la Supercopa de Europa y la Recopa de Europa. Pero un pibito, un tal Maradona, que iba de Argentinos a Boca, obligo a los dirigentes de River a realizar una fuerte inversión para contrarrestar la jugada de su archienemigo. Y quien más que el último goleador de la Copa del Mundo. Quien más que Kempes.
Abandono Valencia y fue recibido con bombos y platillos por todo el mundo millonario. Empezó a pagar la inversión con goles y el titulo que obtuvo en el Campeonato Nacional 1981. Así todo, su estadía en Núñez fue efímera. La ambición por aminorar a su rival trajo en River una enorme deuda que imposibilito el pago del pase y el Matador volvió al Valencia. No te vayas, Matador.
Solo una temporada estuvo en el Che y paso los siguientes dos años en el Hércules, siendo pieza clave en la salvación del descenso del conjunto de Alicante.
De aquí en más, su carrera tomo un extraño rumbo. El fútbol austriaco lo esperaba con los brazos abiertos. Permaneció durante 9 años en el país de Los Alpes. Hasta que volvió a su patria, al Gigante. Aunque este paso no fue del todo bueno y cruzo la cordillera para jugar en el Fernández Vial de la Segunda División Chilena.
Jugo una decena de partidos y marco 5 goles. Nada mal. Pero a esta altura, su físico ya se encontraba desgastado lo que no le permitió hacer grandes sacrificios. Pero el olfato del goleador nunca se pierde. Tenga 20, 40, o 100 años.
Jugo una decena de partidos y marco 5 goles. Nada mal. Pero a esta altura, su físico ya se encontraba desgastado lo que no le permitió hacer grandes sacrificios. Pero el olfato del goleador nunca se pierde. Tenga 20, 40, o 100 años.
A donde vas Matador. Finalmente, termino su carrera en el (desconocido) Pelita Jaya de Indonesia, donde convirtió 65 goles en un año. Terminada su carrera deportiva, sintió que debía transmitir lo que había aprendido y se dedico a la dirección técnica.
Dirigió en Indonesia, Albania, Bolivia (donde fue campeón con The Strongest) Venezuela y Valencia. Sin embargo, hoy encontró otro modo de transmitir su sabiduría. Dedica sus días al periodismo siendo comentarista y columnista de ESPN Latinoamérica. Quien mas que el para opinar como tratan la pelota. Quien más que vos, Matador.
Mira el gol de Kempes a Holanda con relatos de José Maria Muñoz.
http://www.youtube.com/watch?v=PZ8E_EY2rYA
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Alejandro Romero
Grande Kempes... en Chile lo recordamos con cariño cuando estuvo en el Vial, a pesar de los años la calidad estaba intacta, excelente jugador y mejor persona.... Aguante Kempes !!!
ResponderEliminarTe estas olvidando de Mauro Camoranesi que empezo en Aldosivi :)
ResponderEliminarYa vendrá el posteo de Camoranesi. Trataremos que no se nos escape ninguno. Un abrazo.
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