En nuestro primer resumen, comenzaremos hablando por orden de divisionales. La Primera es la B Nacional, quien esta temporada cuenta con un invitado de lujo para esta categoría como lo es Rosario Central. Sin embargo, el caso del canalla es bastante complejo.
Cuando a un millonario se lo saca de su barrio y se lo ubica en otro distinto, se desorienta, se pierde, se siente incomodo. Así vive Central por estas horas. Desde la presidencia hasta el último suplente. El proceso de adaptación y revitalización del club fue encomendado a un hombre curtido como Reinaldo Merlo.
El armado del plantel, sin duda, fue uno de los preceptos principales de las nuevas autoridades. Se quedaron los grandes referentes. Retuvieron a los chicos que tanto rédito le dieron en Primera, a excepción de Burdisso y García. Los refuerzos desde el vamos, eran de jerarquía. ¿Entonces? Simplemente, es fútbol. No hay lógica que pueda con él. Aquí, los nombres no ganan partidos. Mucho menos torneos.
Así también lo pensó Chacarita. Y Ferro. Y Belgrano. Pero el puntero es Atlético Tucumán, que sin nombres rutilantes apuntó al armado del equipo. Aprendió de los errores de los últimos años y supo verlos para así corregirlos. Todo un acierto.
En la Primera B Metropolitana, la nota no la dio el fútbol, ni algún refuerzo, ni una nueva estrella. Fueron ellos otra vez. Los barrabravas.
Esta vez le toco al plantel de Tristan Suarez, quienes sufrieron la amenaza de sus barras por la mala campaña. Con tres tiros al piso creyeron que podían hacer que los jugadores corran más, le peguen mejor a la pelota y metan más goles. La presión siempre es dañina, y si sumado a la presión esta en juego la vida, vamos mal. Esta gente nunca pateó una pelota. También lo sufrieron los jugadores de Sarmiento de Junín, quienes fueron golpeados en medio de un entrenamiento. Basta.
Pero hablemos de fútbol. Y del puntero Atlanta. Un equipo que se armó para ganar el campeonato económico. Sin refuerzos lujosos, se apuntó no solo al armado de un plantel, sino de un equipo. El convenio con Lanús, institución modelo de nuestro fútbol quien le cede jugadores, más un buen técnico como Javier Alonso y el aliciente de contar con dos goleadores de raza como lo son los hermanos Soriano, le permiten al Bohemio comenzar a crecer y soñar con volver a ser el club que una vez fue. Desde aquí, aplaudimos la iniciativa.
Sin embargo, los de Villa Crespo no se encuentran solos. Están al acecho Defensores con un tecnicazo como lo es Rodolfo Della Picca, con un plantel de jerarquía ejerciendo un fútbol por demás bueno y Estudiantes de Caseros, no tan vistoso pero si efectivo, aunque algo irregular. Atentos también al Chicago de Finarolli, que desde que asumió remonto un equipo que parecía muerto.
Del otro lado de la punta, allá bien lejos, esta Los Andes. Con muchos nombres. Nada de fútbol. Habrá que replantearse si el plantel se armo mal o si los protagonistas no respondieron. Italiano se encuentra en una situación similar, al igual que Deportivo Morón, equipos que deben y no pueden ser protagonistas.
Los tres equipos cambiaron sus técnicos y no siguieron siquiera lo que podría llamarse un proyecto serio. Dante Panzeri, sabio del deporte si los hay, dice que el juicio del fútbol se reparte entre quien lo ve, y quien lo siente. No existen matices. Es blanco o negro.
Hay que terminar con los dirigentes que se dejan llevar por el público o la opinión. Son dirigentes, no hinchas. Por eso estaría bueno volver a instalar la palabra proyecto y que cada quien cumpla la función que corresponda. Que el jugador juegue, el hincha aliente y el dirigente, construya. ¿De que sirve traer tantos jugadores si el técnico que los pidió se va a las pocas fechas? Realmente, es difícil de entender.
En Primera C un humilde pero sacrificado Liniers mira a todos desde arriba, basado en el armado de una buena base, jugadores con hambre y un técnico como Ruggero (Ahora Melian). Mordiéndole los talones esta Talleres de Escalada, que basa su juego en la solidez defensiva, el talento de su enlace Raúl Pérez y en la potencia y gol de sus delanteros Lutzky y Cérica.
Laferrere, El Porvenir, San Miguel y JJ Urquiza, posibles candidatos, andan penando por la mitad de la tabla. Sigue cometiendo los mismos errores y por si fuera poco, todos tienen problemas con sus barras. ¿Casualidad o causalidad? Usted, querido lector, decide.
El que viene en una levantada y dejó boquiabierto hasta el más optimista de todos es Central Córdoba. Armo un equipo para pelear pero en un principio parecía que iba a quedar como la gran decepción del torneo. Sin embargo, la mano de su DT Marcelo Vaquero, sumado al esplendido momento que vive Ezequiel Petrovelli (llego a tener mas goles que partidos jugados) hicieron que el Charrua se prenda en la pelea. Lamentablemente según pudimos averiguar, serían los últimos partidos de Petrovelli en Central Córdoba. Una gran pérdida para la categoría.
Para cerrar, atentos al Lamadrid de Franzoni. Flegenal, Toscani y Lezcano, sus pilares. Y a Berazategui, quien esta jugando en gran nivel.
Por ultimo en la D, no hay mucho que decir. El gran equipo que armo Dock Sud para esta temporada simplemente esta cumpliendo con las expectativas. Desde su arquero Hourcade – de lo mejor de la categoría- hasta Alcides Miranda Moreira (uno de los goleadores de la categoría) conforman un equipo que será difícil de derribar. Si hasta el marcador central tiene 4 goles en el torneo, imagínese del equipo que estamos hablando.
Hasta el momento los únicos candidatos firmes a arrebatarle la punta son San Martín de Burzaco y Riestra, que vienen realizando excelentes campañas. Argentino de Quilmes, siempre protagonista, no logra enderezar el rumbo y ahora dejó en manos de sus juveniles el destino deportivo de la temporada.
En la misma situación se encuentra Barracas Bolívar, aunque más allá de la mala campaña, cuenta con graves problemas institucionales que hasta obligarían su salida de la ciudad de Marcelo Tinelli en la brevedad.
Resumiendo, casi cerrada la primera ronda son 3 los equipos con posibilidades de ascenso, mientras que el resto vaga en la irregularidad y busca únicamente un lugarcito en el Reducido.
Alejandro Romero
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