Quien dijo que lo bueno viene en envase chico, podría regodearse de soberbia leyendo el siguiente caso.
Carlos Arce nació en Capital en el año 1990. Sus comienzos fueron en las inferiores de Huracán y, tras quedar libre, recalo en Barracas Central. En las inferiores ya era un talento destacado y no tardo en subir rápidamente al plantel profesional.
Con su 1,67 metro, comenzó a jugar bajo las ordenes de Armando González, donde fue una fija en el mediocampo con tan solo 18 años. Tras la renuncia de González, Kopriva tomo el mando y quedo sorprendido con las habilidades del chiquito, a quien califico como un ‘’Mini Mascherano’’.
Su juego se basa en la férrea marca y la recuperación de pelota. Este año, consiguió el ascenso a la Primera B Metropolitana. El cambio de categoría no le peso y siguió demostrando todo su repertorio y desde aquí no tenemos dudas que de seguir así, pronto tendrá su chance en una categoría superior, o quien dice, el exterior.
Alejandro Romero
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