lunes, 13 de diciembre de 2010

Del Ascenso para el mundo: Alejandro ''Chori'' Dominguez


 El pibe, desde chiquito, ya tenia amor a la pelota. Tanto amor le tenía que en su infancia nunca quería que ella se fuera feliz en brazos de los contrarios. Siempre la quería para el, y si era posible en el arco de enfrente, bien adentro.

 En aquel terreno de Francisco Solano donde vivía, el pibe pulía su diestra en el potrero del barrio. Tac, tac, tac, y dale que va al paredón, una y otra vez.

 Un día a alguien se le ocurrió llevarlo al baby, porque no, si el pibe la mueve. Y llegó al Club Polideportivo Solano, su cuna, podríamos decir.

 Pero la cancha chica, precisamente, le quedaba chica, y decidió probar suerte en Lanus. De titular indiscutido a calentar el banco fue su pasar por el granate, aunque cuentan que mantener el ritmo, se iba a jugar al club del barrio.

 A los 14 años, Lanus le dio el pase libre y, sin pensarlo dos veces, se fue a Quilmes. Su estadía en las inferiores duro solamente 3 años, ya que con solo 17 años debuto en la Primera del cervecero, peleando el ascenso en reiteradas ocasiones.

 Sin embargo, su carta de presentación en el fútbol grande fue durante el Mundial Juvenil 2001, realizado en nuestro país, en el que viviría su primer gran alegría y su primer gran contratiempo, paradójicamente.

 Desconocido para la gran mayoría del público, a pura habilidad el Chori encaraba todo rival que tenia enfrente, metiéndose rápidamente al público en el bolsillo. Los hinchas en la cancha y atrás del televisor se quemaban las palmas aplaudiéndolo. Divirtió a propios y extraños con sus goles y gambetas durante su participación en el certamen.

 Sin embargo, no todo fue color de rosas. Llegó el tan esperado partido con Francia (otro gran candidato) y la expectativa era enorme por ver al equipo, y porque no, por verlo a el también.

 Arrancó el partido desde el banco de suplentes, bajo la atenta mirada y ovación de todo Liniers., que pedía por su ingreso. Pekerman, rápido de reflejos, les dio el gusto a los 22 minutos del segundo tiempo.

 Iba para acá, para allá, estaba imparable. Pero tan solo ocho minutos duro su estadía en la cancha, ya que, tras un involuntario choque con Mendy, sufrió la rotura del tobillo. Como olvidarse ese imagen. Que dolor, Chori.

 Pero él se hizo fuerte en la mala. El destino a veces nos juega una de esas jodas jodidas. Tal vez, el Vicenza, que tenia todo acordado con Quilmes la compra de su pase antes de la lesión, no era su lugar. Y si lo era River, que apostó por el más allá de todo. Y que bien hicieron. Que diferente hubiese sido su carrera tal vez si no hubiese pasado por Núñez.

 Llegó al millonario en 2002, bajo la conducción de Ramón Díaz donde salio campeón del Clausura ese mismo año teniendo una destacada actuación tanto en el Torneo Local como en la Copa Libertadores.

 Luego con Manuel Pellegrini corrió igual suerte: campeón del Clausura 2003 con Domínguez como figura, año que marcó su despedida del club de Núñez.

 La impresionante pero helada Rusia lo esperaba para defender los colores del Rubin Kazan. La adaptación no fue un problema: En 79 partidos marco 25 goles. Nada mal. Estuvo aquí dos años hasta que fue traspasado, 7 millones de euros mediante, al Zenit de Petersburgo del mismo país.

 Su estadía en el Zenit fue por demás positiva. Ganó la Liga Premier de Rusia, la Supercopa de Rusia y la Copa de la UEFA –nada mas, nada menos- y la Supercopa de Europa.

 Pero el Chori nunca se conformo con poco. Y dejó el club que lo había catapultado al éxito en busca nuevamente de él en su nuevo-viejo club, el Rubin Kazan.

 Sin dudas su segunda etapa en el club fue más exitosa aun que la primera, ya que obtuvo la Premier de Rusia y el premio de la Liga al mejor extranjero. También tuvo una destacada actuación en la Champions League, enloqueciendo a los defensores tanto del Inter como del Barcelona, que todavía están tratando de agarrarlo.

 Semejante actuación, como era de esperar, llamó la atención de clubes como Roma, Atlético de Madrid, Juventus, Zaragoza y Valencia. Pero fue finalmente este último quien se hizo de sus (cotizados) servicios. Era tal el afán que tenia de jugar en una liga TOP que hasta rebajó en gran parte su salario. No todo es dinero.

 Si bien sus primeros seis meses no fueron del todo buenos –discusión mediante con Unai Emery por la falta de continuidad- las ventas de Villa y Silva la abrieron las puertas para demostrar que hoy, con 28 años, puede triunfar en una de las ligas más importantes del mundo. Semejante fenómeno, salido del ascenso.

Alejandro Romero

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