El volante derecho. Posición que falta -y mucho- en la actualidad de nuestro fútbol. Aquel tipo capaz de llegar hasta el fondo y tirar el centro, a puro desborde y velocidad, casi como un compañero fiel de la línea de cal.
La historia que tenemos para contarles esta lejos de los flashes, las cámaras, el vedettismo. Esta misma comenzó en las canchas duras y desparejas de la Primera C.
Cuentan que por la zona de Devoto, aquellos hinchas de Lamadrid que religiosamente asistían al estadio se iban del mismo repitiendo las mismas palabras: ''El 8 tiene un futuro tremendo''. Golpeandose el pecho del producto de su cantera.
Volante -devenido a delantero- con buen ida y vuelta, llegada al área y al gol, no tardó en resaltar en la 4ta categoría de nuestro fútbol. Disputo solamente dos temporadas en el Carcelero, ya que a primera B lo esperaba un año después, precisamente para defender los colores de Tristan Suárez.
Su paso por el club de Ezeiza no fue del todo bueno y recalo en Acassuso, donde llego su gran explosión. Titular y figura en el equipo de Fabián Nardozza, participo en 39 encuentros y marco 10 goles (cifra nada despreciable para un volante derecho) lo que llamo la atención de clubes de la B Nacional, como Almirante Brown y Deportivo Merlo.
Sorpresivamente, un día apareció entrenando con el plantel profesional de Quilmes, ya en la Primera División, aunque solo participo en algunas practicas y ficho finalmente para el equipo de Blas Giunta.
La adaptación hizo lo suyo y se tomo su tiempo ya que comenzó la temporada sentado en el banco de suplentes. Sin embargo, en un férreo partido frente a la CAI tuvo la chance de ingresar y no la desperdicio, ya que asistió a Bazan Vera en el único gol del encuentro. Sus buenos rendimientos en los partidos siguientes obligaron a Blas Giunta a colocarlo desde el inicio y hoy, es uno de los titulares indiscutidos del equipo.
Mirá lo que dicen los distintos medios de Germán Mandarino.
Alejandro Romero
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